¡Qué podemos decir!
Jorge llevaba un mes emocionado pensando en el cuento, y nosotros, nerviosos por la responsabilidad que supone tener enfrente a un público tan exigente.
Salimos encantados de poder conocer a todos los amigos de Jorge, el lugar en el que pasa tantas horas y de ver la reacción de todos los niños ante nuestra historia.
Fue único ver cómo Jorge nos presentaba orgulloso a todos los niños, nos enseñaba su mesa, su botella de agua, la pizarra…
Sin duda alguna, se lo recomendamos a todos los padres, y nosotros, ya estamos esperando la oportunidad de repetir.
Javier y Arantxa