«Estuve un viernes por la tarde en la clase de mi hijo Álvaro de Pre-Kínder 4-A contando un cuento. La experiencia fue genial. A los niños les hizo mucha gracia que existiera un “culete” que, harto de los azotes, se independizaba de su propietario, un niño con el increíble nombre de «César Pompeyo». Sobre todo les encantó la foto del “culete” cargado con dos maletas. Los niños estuvieron muy receptivos y participativos, y al final todos se aprendieron el nombrecito y repetían: «César Pompeyo», «César Pompeyo».
Me encantó conocerlos a todos ellos, su clase, ver su comportamiento en grupo en una actividad escolar…. ¡Me impresionó su obediencia, atención, y su risa contagiosa!
Como he dicho al principio: ¡Fue genial! Y repetiré…
Ana (madre de Álvaro Cáceres)